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miércoles, enero 19, 2011

LA NATURALEZA HUMANA II


Desde la religión se han llevado a cabo burdos intentos
de añadir un toque de cientifismo a las creencias dogmáticas.
El llamado diseño inteligente, por ejemplo, representa una
torpe postura defensiva ante el avance imparable de la
ciencia, aunque eficaz por el número de sus seguidores.
Pero la racionalidad que se aplica al diseño inteligente
puede ser tan inútil como en el caso de la ciencia, puesto
que la mayoría de los seres humanos no se detienen a
buscar respuestas razonadas o filosóficas, y tan sólo añoran
un futuro placentero más allá de su generalmente dura
existencia. En este sentido, la espiritualidad es consustancial
a nuestra naturaleza y de ahí que, con independencia de la
religión, la gran mayoría de los seres humanos poseamos
sentimientos comunes y muy similares. Los profesionales
de cada religión dictan las formas, pero en lo profundo de la
mente de todos los seres humanos se desarrolla la necesidad
insaciable de la trascendencia, de un Dios protector que
guía y da sentido a su azarosa existencia. Resultará fascinante
averiguar cómo pudo surgir la inseguridad y la necesidad de
dioses protectores en la mente de especies tan poderosas
como los neandertales o los humanos modernos de hace
100.000 años.

(La evolución del talento- José María Bermúdez de Castro)

6 comentarios:

neko dijo...

Lo curioso es que en diferentes partes del mundo y circunstancias distintas, casi todas las culturas tuvieron la "necesidad" por llamarlo de alguna manera, de crear un dios.

marikosan dijo...

Supongo que nos sentimos demasiado pequeños en este universo tan grande, será eso por lo que tenemos la necesidad como dice Neko de un dios.

el grito en el cielo dijo...

Creo que es el miedo. Concretamente el miedo a la Nada. Da lo mismo el lugar.Ahí donde se encontrara uno de nuestros antepasados y viviera lo suficiente para ver morir a sus padres, hermanos o hijos, le asaltaría el vértigo, y con él las preguntas. Y al observar el cielo vería que al día le sigue la noche y luego regresa el día...

Pepe Deapié dijo...

Ya. Además sirve de consuelo cuando las cosas van mal "porque es la voluntad de Dios". Servía para explicar fenómenos físicos y astronómicos, etc.

También ha sido un arma poderosa, usada tanto para rebelarse contra las élites, como por las élites para someter al pueblo.

Me parece que estaríamos mejor sin ninguna. Lo que pasa es que allá donde hay una necesidad que cubrir, alguien se encarga de que llegue el producto.

Pitt Tristán dijo...

Tienes un premio en nuesgtro blog.

Ana Márquez dijo...

Yo me resisto a pensar que fue el miedo lo que "creó" a Dios. Conozco gente muy, muy, muy miedica que son nihilistas completos, y conozco gente muy, muy, muy valerosa q además es creyente. Mi amigo el ateo recalcitrante jamás habría creado una religión, y sin embargo pasa muchísimo miedo por todo. Algo falla en ese planteamiento, pero, claro, cuando hace falta una explicación que "explique" cualquier fenómeno (el ateísmo o la religiosidad del ser humano), la respuesta más facil es la que vale a veces. Estés en el bando que estés.

Un abrazo! :-)