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martes, noviembre 24, 2015

Basura genética - Luis Alberto de Cuenca













BASURA GENÉTICA

Durante tres milenios los tipos más valiosos,
más fuertes y más listos de la especie
-la flor y nata de la juventud-
se fueron a la guerra
y murieron sin gloria
en los remotos campos de batalla,
mientras que los enfermos y los débiles,
los corruptos y los cobardes
se quedaban en casa y se reproducían.
De ahí venimos nosotros.
Llevamos tres milenios perdiendo a los mejores
para que los inútiles
salven la vida y sigan engendrando.
Por eso somos todos,
treinta siglos después,
lo peor de cada tribu:
desperdicios, basura irreciclable.


Cuaderno de vacaciones, Luis Alberto de Cuenca


domingo, noviembre 22, 2015

Silencio para curar el alma-Pablo d'Ors




El silencio es el espejo de lo que somos y lo que somos no nos gusta. Por eso huimos de ello. El hombre no solo es verdad, belleza y bien, es codicia, ambición y vanidad. Esas sombras nos constituyen. La verdadera vida está detrás de lo que nosotros llamamos vida. Pararse, callar, escuchar y mirar.


Pablo d'Ors. Extracto de la entrevista concedida al diario El Pais

sábado, noviembre 21, 2015

El pincel y el lienzo





Cae la lluvia sobre la hilera de plátanos teñidos de ocres frente a mi ventana y adorna la calle con reflejos de espejo. La brisa mece las copas de los árboles y les arrebata unas hojas que inicialmente saltan disparadas hacia arriba para ir cayendo después en un movimiento pendular. Las más expuestas al barrido del aire -por ocupar la cúspide de las ramas- se agitan con nerviosismo: parecen reclamar el destino de sus compañeras. El edificio que se eleva tras los árboles, las hojas y las calles es de ladrillos color beige. Observo que no todos los ladrillos de la fachada han recibido del mismo modo las gotas de agua, ya que mientras unos mantienen invariable su color habitual, otros han oscurecido ostensiblemente.

La lluvia ha cesado. Las nubes se repliegan arrastradas por el aire. En su huida se desprenden trozos que semejan pequeñas islas rodeadas de un intenso azul. La luz se apodera del barrio aún adormilado. El Sol es tan intenso que me obliga a bajar la mirada y calienta mi frente. Se abren círculos blancos en las paredes. Diminutas semillas blancas cruzan mi ventana con el único destino de recoger la luz y proyectarla hacia mis ojos. Dos gorriones juegan a perseguirse a lo lejos: sus lomos plateados.




viernes, noviembre 13, 2015

Bienaventurados los pobres de espíritu...






Del mismo modo que los viejos cuentos sufíes y las -aún más viejas- fábulas de Esopo tienen varios niveles de lectura dependiendo del grado de conocimiento o iniciación que tenga el lector,
así es la realidad que nos rodea en nuestra cotidianidad.
Una frase, una mirada, o incluso el picoteo de un gorrión tienen un significado superficial que no se le escapa a nadie. Pero debajo siempre hay una intención, un sentimiento o la necesidad de llevar alimento al nido, respectivamente. Más difícil aún es seguir escarbando hasta encontrar el anhelo escondido bajo la intención, tras la frase. O el infierno bajo el sentimiento, tras la mirada. O la necesidad del gorrión de perpetuar sus genes a través de los polluelos para los que recoge el gusano.
Pero lejos de dar la felicidad, esta pretendida habilidad solo aporta a quién la practica el desasosiego.