Seguidores

sábado, diciembre 31, 2011

EL BRINDIS DEL BOHEMIO - GUILLERMO AGUIRRE Y FIERRO




En torno de una mesa de cantina
una noche de invierno,
regocijadamente departían
seis alegres bohemios.


Los ecos de sus risas escapaban
y de aquel barrio quieto,
iban a interrumpir el imponente
y profundo silencio.


El humo de olorosos cigarrillos
en espirales se elevaba al cielo,
simbolizando, al revolverse en nada,
la vida de los sueños.


Pero en todos los labios había risas,
inspiración en todos los cerebros,
y, repartidas en la mesa, copas
pletóricas de ron, whisky o ajenjo.


Era curioso ver aquel conjunto,
aquel grupo bohemio,
del que brotaba la palabra chusca,
la que vierte veneno,
lo mismo que, melosa y delicada,
la música de un verso.


A cada nueva libación, las penas
hallábanse más lejos
del grupo, y nueva inspiración llegaba
a todos los cerebros,
con el idilio roto que venía
en alas del recuerdo.


Olvidaba decir que aquella noche,
aquel grupo bohemio,
celebraba entre risas, libaciones,
chascarrillos y versos,
la agonía de un año que amarguras
dejo en todos los pechos,
y la llegada, consecuencia lógica,
del feliz año nuevo...


una voz varonil dijo de pronto:
-Las doce, compañeros.
Digamos el requiescat por el año
que ha pasado a formar entre los muertos.
¿Brindemos por el año que comienza!
porque nos traiga ensueños;
porque no sea su equipaje
un cúmulo de amargos desconsuelos...


-Brindo, dijo otra voz, por la esperanza
que a la vida nos lanza,
de vencer los rigores del destino,
por la esperanza, nuestra dulce amiga,
que las penas mitiga
y convierte en vergel nuestro camino.


Brindo porque ya hubiese a mi existencia
puesto fin con violencia
esgrimiendo en mi frente mi venganza;
si en mi cielo de tul limpio y divino
no alumbrara mi sino
una pálida estrella: mi esperanza.


-¡Bravo! Dijeron todos, inspirado
esta noche has estado
y hablaste bueno, breve y substancioso.
El turno es de Raúl; alce su copa y brinde por: Europa,
ya que su extranjerismo es delicioso...


-Bebo y brindo, clamó el interpelado;
brindo por mi pasado,
que fue de luz, de amor y de alegría,
en donde hubo mujeres seductoras
y frentes soñadoras
que se juntaron con la frente mía.


Brindo por el ayer que en la amargura
que hoy cubre de amargura
mi corazón, esparce sus consuelos
trayendo hasta mi mente las dulzuras
de goces, de ternuras,
de dichas, de deliquios, de desvelos.


-Yo brindo, dijo Juan, porque en mi mente
brote un torrente
de inspiración divina y seductora,
porque vibre en las cuerdas de mi lira
el verso que suspira,
que sonríe, que canta y que enamora.


Brindo porque mis versos cual saetas
lleguen hasta las grietas,
formadas de metal y de granito,
del corazón de la mujer ingrata
que a desdenes me mata...
¡pero que tiene un cuerpo muy bonito!


Porque a su corazón llegue mi canto,
porque enjuguen mi llanto
sus manos que me causan embelesos;
porque con creces mi pasión me pague...
¡vamos! porque me embriague
con el divino néctar de sus besos.


Siguió la tempestad de frases vanas,
de aquellas tan humanas
que hallan en todas partes acomodo,
y en cada frase de entusiasmo ardiente,
hubo ovación creciente,
y libaciones, y reír, y todo.


Se brindo por la Patria, por las flores,
por los castos amores
que hacen un valladar de una ventana,
y por esas pasiones voluptuosas
que el fango del placer llenan de rosas
y hacen de la mujer la cortesana.


Solo faltaba un brindis, el de Arturo.
El del bohemio puro de noble corazón y gran cabeza;
aquel que sin ambages declaraba
que solo ambicionaba
robarle inspiración a la tristeza.


Por todos estrechado, alzó la copa
frente a la alegre tropa
desbordante de risa y de contento;
los inundo con la luz de una mirada,
sacudió su melena alborotada
y dijo así, con inspirado acento:


-Brindo por la mujer, mas no por esa
en la que halláis consuelo en la tristeza,
rescoldo del placer... ¡desventurados!;
no por esa que os brinda sus hechizos
cuando besáis sus rizos
artificiosamente perfumados.


Yo no brindo por ella, compañeros
siento por esta vez, no complaceros.
Brindo por la mujer, pero por una,
por la que me brindo sus embelesos
y me envolvió en sus besos:
por la mujer que me arrullo en la cuna.


Por la mujer que me enseño de niño
lo que vale el cariño
exquisito, profundo y verdadero;
por la mujer que me arrullo en sus brazos
y que me dio en pedazos,
uno por uno, el corazón entero.


¡Por mi madre! bohemios, por la anciana
que piensa en el mañana
como en algo muy dulce y muy deseado,
porque sueña tal vez que mi destino
me señala el camino
por el que volveré pronto a su lado.


Por la anciana adorada y bendecida,
por la que con su sangre me dio vida,
y ternura y cariño;
por la que fue la luz del alma mía,
y lloro de alegría,
sintiendo mi cabeza en su corpiño.


Por esa brindo yo, dejad que llore,
y en lágrimas desflore
esta pena letal que me asesina;
dejad que brinde por mi madre ausente,
por la que llora y siente
que mi ausencia es un juego que calcina.


Por la anciana infeliz que sufre y llora
y que del cielo implora
que vuelva yo muy pronto a estar con ella;
por mi Madre bohemios, que es dulzura
vestida en mi amargura
y en esta noche de mi vida, estrella...


El bohemio calló; ningún acento
profanó el sentimiento
nacido del dolor y la ternura,
y pareció que sobre aquel ambiente
flotaba inmensamente
un poema de amor y de amargura.


GUILLERMO AGUIRRE Y FIERRO



Bach:Erbarme dich ( Dios mío perdóname)

sábado, diciembre 24, 2011

PUEBLO VIEJO DE BELCHITE



Os acerco el vídeo que he colgado en mi nueva dirección de YouTube. Está formado
por unas fotos tomadas hace unos días en el pueblo viejo de Belchite, unos grabados de
Goya de su serie Los desastres de la guerra y con un fondo del Dies Irae del Requiem de
Karl Jenkins.

lunes, diciembre 19, 2011

EL ÚLTIMO ARAGONÉS VIVO 2ªPARTE



Tras la aparición de la primera parte parte del corto El último aragonés vivo, en mayo del
2009, acaban de estrenar la segunda parte, en la que el protagonista sale del piso y
recorre su tierra en la que encontrará sorpresas y aventura.




miércoles, diciembre 07, 2011

BELLEZA DE LO BRUTAL - RYUNOSUKE AKUTAGAWA

En 1927 decide quitarse la vida a sus 35 años. En la nota de despedida lo explica:
"vaga sensación de ansiedad sobre mi propio futuro".
Antes de tan drástico acto, Ryunosuke Akutangawa, tiene tiempo para escribir poesía
y relatos, que le elevarán al podium de los mejores escritores japoneses de principios
del siglo XX.


Hace unos meses cayó por casualidad, en mis manos, un libro suyo de cuentos: Belleza de lo brutal, diez cuentos, publicado por la editorial Días contados. El libro en su conjunto es magnífico; pero entre todos los relatos, El biombo del infierno, me ha estremecido y justificaría, él solo, el título del volumen.




Glenn Gould - Bach Concerto in D minor (3 of 3)

martes, diciembre 06, 2011

LA VIDA ALEGRE - MIGUEL MENA

LA VIDA ALEGRE

El niño sin palabras sonríe con toda la cara, se despierta siempre de buen humor, inclina la cabeza para decir que es guapo , le gusta tumbarse encima de ti y escuchar tu corazón, nunca se cansa de que lo acaricien, ni tiene miedo a la oscuridad ni a los animales ni a los extraños,
no se reserva ni es desconfiado, para él todo el mundo es igual, se conforma con lo que le das, de exigir algo solo son mimos, la pequeñez más pequeña le hace estallar de contento: montar en coche, abrir un grifo, contemplar un baile, el remolino de hojas que forma el viento,
todo parece una enorme fiesta paras él. En niño sin palabras no da pena, da trabajo, da cansancio, da qué pensar y da gratis lecciones de alegría.

Miguel Mena - La vida alegre - Piedad

-----------------------------------------



Hoy por la mañana jugabas con tu hijo, al que llevabas de la mano, entre estas columnas
que alguien pretendió llamar escultura. Y he recordado el día que me llegó tu libro a casa junto a otro del que no recuerdo el nombre en un apañado paquete de cartón. Y como lo abrí y lo hojeé, pasando a formar parte de las futuras lecturas que cada vez me pesan más. Y como, unos pocos meses después, escuchando uno de tus programas de radio, hablabas de tu hijo, que nació con una enfermedad rara de nombre poético: síndrome angelman;  el que hoy 
compartía tus juegos. Y al llegar a mi casa he buscado tu libro, lo he abierto y me he  sumergido dentro del padre, del hombre. 

RECOLECTOR

lunes, diciembre 05, 2011

LA CRUZ Y LAS HORMIGAS

Fue cosa del Vicentico. Sí, seguro, de quién si no. Sólo a él se le pudo ocurrir subir a la era
con un crucifijo, desenclavar al cristo y untarlo con miel. El tiempo, el aislamiento y un ejército
de hormigas recolectoras hizo el resto.
Que fuera doña Remedios quien se topara en primer lugar con la ennegrecida cruz cubierta
de varias capas de hormigas; eso ya tuvo que ser cosa de Dios, que reclamó, así,  de tan abrupta manera, a tan devota hija a su vera.
Y que una semana más tarde encontrara el Timoteo el cadáver de doña Remedios tirado
a pocos pasos de la pululante cruz, en la que confluían hileras interminables de hormigas
provenientes de toda la comarca, sin prestar atención a su carroña, incluso evitándola dando
un rodeo, eso ya tendrá que ver con los sabores y los gustos. Que las hormigas, pienso yo, que también tendrán ese sentido.

sábado, diciembre 03, 2011

LA CANCIÓN DE AMOR Y MUERTE DEL ALFÉREZ CHRISTOPH RILKE




La canción de amor y muerte del alférez Christoph Rilke (1899) relata en breves instantáneas poéticas los últimos días de la vida de un joven soldado. En esta obra, RAINER MARIA RILKE, homenajea a su antepasado, que luchó en el ejército imperial alemán contra el ejército turco.







Pasan a caballo sobre un campesino asesinado. Tiene los ojos completamente abiertos y
algo se refleja en ellos; no es el cielo. Mas tarde unos ojos aúllan. Aquí hay una aldea,
finalmente. Y por encima de las cabañas se eleva un castillo, todo de piedra. El puente se
abre ante ellos, ancho. La puerta se acerca, grande. El clarín les recibe, fuerte. Escucha:
¡ruido, tintineo y ladridos! Relinchos en el patio, cascos que retumban, clamor.
.................

"¿ Tienes frío ? ¿Sientes nostalgia?"
La condesa sonríe.
No. Pero es simplemente que la infancia acaba de resbalar a sus pies, ese vestido dulce y oscuro. ¿Quién se lo ha llevado?"¿Tú?" pregunta con una voz que nunca había oído.
"¡Tú!"
Y ahora no lleva nada encima. Está desnudo como un santo. Claro y delgado.
El castillo se apaga lentamente. Todos se sienten pesados: de fatiga o de amor o de
embriaguez. Después de tantas noches de campamento largas y vacías: lechos. Amplios
lechos de roble. En ellos se reza de otra manera que en el miserable surco improvisado que,
cuando uno quiere dormirse, se vuelve como una tumba.
-¡Señor, como gustéis!
En el lecho, las plegarias son más cortas. Pero más ardientes.

La habitación de la torre está oscura. Pero con sus sonrisas se iluminan el rostro. Van a
tientas como ciegos y encuentran al otro como se encuentra una puerta. Un poco como
niños asustados por la oscuridad, se precipitan el uno en el otro. Y sin embargo no tienen
miedo. No hay nada que se oponga a ellos: no hay ayer, no hay mañana; pues el tiempo
se ha derrumbado. Y es sobre sus ruinas donde ellos florecen.
Él no pregunta:"¿Tu esposo?"
Ella no pregunta:"¿Tu nombre?"
Pues se han encontrado para ser el uno para el otro un linaje nuevo.
Se darán cien nombres nuevos y se los quitarán todos, sin ruido, como se quita un pendiente.

viernes, diciembre 02, 2011