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sábado, diciembre 03, 2011

LA CANCIÓN DE AMOR Y MUERTE DEL ALFÉREZ CHRISTOPH RILKE




La canción de amor y muerte del alférez Christoph Rilke (1899) relata en breves instantáneas poéticas los últimos días de la vida de un joven soldado. En esta obra, RAINER MARIA RILKE, homenajea a su antepasado, que luchó en el ejército imperial alemán contra el ejército turco.







Pasan a caballo sobre un campesino asesinado. Tiene los ojos completamente abiertos y
algo se refleja en ellos; no es el cielo. Mas tarde unos ojos aúllan. Aquí hay una aldea,
finalmente. Y por encima de las cabañas se eleva un castillo, todo de piedra. El puente se
abre ante ellos, ancho. La puerta se acerca, grande. El clarín les recibe, fuerte. Escucha:
¡ruido, tintineo y ladridos! Relinchos en el patio, cascos que retumban, clamor.
.................

"¿ Tienes frío ? ¿Sientes nostalgia?"
La condesa sonríe.
No. Pero es simplemente que la infancia acaba de resbalar a sus pies, ese vestido dulce y oscuro. ¿Quién se lo ha llevado?"¿Tú?" pregunta con una voz que nunca había oído.
"¡Tú!"
Y ahora no lleva nada encima. Está desnudo como un santo. Claro y delgado.
El castillo se apaga lentamente. Todos se sienten pesados: de fatiga o de amor o de
embriaguez. Después de tantas noches de campamento largas y vacías: lechos. Amplios
lechos de roble. En ellos se reza de otra manera que en el miserable surco improvisado que,
cuando uno quiere dormirse, se vuelve como una tumba.
-¡Señor, como gustéis!
En el lecho, las plegarias son más cortas. Pero más ardientes.

La habitación de la torre está oscura. Pero con sus sonrisas se iluminan el rostro. Van a
tientas como ciegos y encuentran al otro como se encuentra una puerta. Un poco como
niños asustados por la oscuridad, se precipitan el uno en el otro. Y sin embargo no tienen
miedo. No hay nada que se oponga a ellos: no hay ayer, no hay mañana; pues el tiempo
se ha derrumbado. Y es sobre sus ruinas donde ellos florecen.
Él no pregunta:"¿Tu esposo?"
Ella no pregunta:"¿Tu nombre?"
Pues se han encontrado para ser el uno para el otro un linaje nuevo.
Se darán cien nombres nuevos y se los quitarán todos, sin ruido, como se quita un pendiente.

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