No, no es un cuento. El otro día, una araña se paseó por el cuerpo del Papa. Para un aracnofóbico como yo, la imagen produce terror. Si además tenemos en cuenta, que la araña se consideraba, en la edad media, una encarnación del demonio, la cosa tiene guasa.
En mi ánimo de investigar, os traigo la conversación que he podido captar entre Su Santidad y la araña:
Araña: Zapatero ha subido los impuestos, Su Santidad. El Papa: Rouco, ahora no es el momento...
En 1938, Alfonsina Storni, bajó a la playa la Perla, del Mar del Plata. Avanzó, internándose cada vez más en el agua, hasta que ésta le cubrió y le vistió de mar.
Alfonsina era una poetisa de renombre en las letras Argentinas; pero de frágil salud, física y mental.
Antes de suicidarse dejó un poema:
Dientes de flores, cofia de rocío, manos de hierbas, tú, nodriza fina, tenme puestas las sábanas terrosas y el edredón de musgos escardados. Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame. Pónme una lámpara a la cabecera, una constelación, la que te guste, todas son buenas; bájala un poquito. Déjame sola: oyes romper los brotes, te acuna un pie celeste desde arriba y un pájaro te traza unos compases para que te olvides. Gracias... Ah, un encargo, si él llama nuevamente por teléfonole dices que no insista, que he salido..."
Os traigo la canción que le dedicaron, a su muerte unos amigos y que se ha convertido en un clásico.
La novelista Virginia Wolf, escribió esta obra en la que un cortesano de la Reina Isabel de Inglaterra (siglo XVI), consigue la inmortalidad y nos describe así, su vida a lo largo de cinco siglos, en los que se irá transformando en mujer. Homosexualidad, feminismo, erotismo... La autora se inspiró en su amante, la aristócrata Vita Sakwil-West.
Bello libro, e inspirada adaptación al cine, en 1992.
Julia se quita los cascos al mirar el reloj. Los auriculares quedan colgando del borde derecho de la cama, sujetos al mp4 por un cable anudado. Incorporada, con los pies en el suelo, vestida con el pijama de Mickey Mouse, y la mirada clavada en la ventana, calcula que sólo le quedan cinco minutos para salir de casa. Cruza los brazos a la altura de la cintura, sujeta con los dos índices y los dos pulgares, los bajos de la camiseta, y en un movimiento certero se desenfunda de Mickey Mouse que queda tirado en el suelo. El pantalón del pijama resbala por sus piernas ayudado por manos, pies, el culebreo de sus caderas y la, siempre presente, ley de la gravedad. Pellizca la braga, tirando de ella, hasta lograr que cubra lo que tiene que cubrir. Se calza unos vaqueros y una sudadera roja. La cabeza de su madre asoma por lapuerta para recordarle que las clases empiezan a las cinco. Cruza el pasillo, llega al cuarto de baño y se enfrenta al juicio implacable del espejo. Veredicto; culpable. Se lava la cara, los dientes, y se cepilla la rubia melena. Veredicto; inocente. Cuando está a punto de cruzar la puerta de la casa, se acuerda de algo. Regresa a su habitación y se encomienda a su tortuga de la suerte. El ascensor no llega. A Julia se le escapa un poco de su genio por la boca. Con los restos del improperio, todavía suspendidos en el rellano, Julia decide descender al portal por las escaleras. Ya en la calle, su primer impulso es lanzarse a la carrera, pero ese vigilante que nos controla los impulsos, al que llamamos vergüenza, le hace recapacitar. Finalmente, adopta una posición erguida . El paso ágil pero señorial. Acera, semáforo, paso de cebra, acera, semáforo, paso de cebra, acera, paso de cebra, acera, semáforo, obras, obras, obras , acera, semáforo, paso de cebra, acera, academia de idiomas. Consulta el reloj. Son las cinco y cinco de la tarde. Julia se acerca a la chica que está sentada en la recepción, mordisqueando un bolígrafo. ¿ En qué aula comienza el curso de francés? - pregunta. Ha empezado en la segunda puerta a la izquierda- responde, irónica, la comeplásticos. Al abrir la puerta, ocho cabezas giran noventa grados. Julia se siente observada y eso le violenta. Una voz acude a su rescate- Usted es Julia, ¿verdad? Yo soy Gerard, su profesor de francés. Elija pupitre y disfrute de esta conversación, ya que va a ser lo único que va a oir en su idioma durante estos cuatro meses.
Aquí sigo, sin ti con la mano dentro del pulmón la cabeza atestada de abejas las piernas aquejadas de flojera; sin poder sacar la mano ni abrir la colmena ni sujetarme erguido.
Aquí sigo, sin ti atados los brazos a la espalda con los ojos vendados dentro de una jaula colgada de una nube; sin poder rasgar la soga ni recuperar los colores como péndulo de cúmulos carcelarios.
Hoy nacerán cuatrocientos mil niños en todo el mundo. Unos traerán un pan bajo el brazo, otros tan solo alguna migaja. Traerán alegría y responsabilidades. Alguno soñará con juntar letras y será un poeta. Otro con juntar sonidos y será músico. Al ver por primera vez su casa, Valentina decidirá ser arquitecta. Tomás querrá ayudarle y será albañil. Karl se encaprichará de la bata del doctor y será médico. Dimitri, en cambio, se enamorará de las piernas de la enfermera y vivirá del amor. Julia sueña despierta con las estrellas y será astronauta. Gracias a las mamás y a los papás por traerlos, a esta caja de ruidos, que se seca y se calienta, pero que seguro, que ellos sabrán afinar.
Me he despertado con la triste noticia de la muerte de Alicia de Larrocha, una de las mejores pianistas que ha dado España. Dió su primer concierto a los 6 años y ha fallecido 80 años más tarde.
No soy partidario de las adaptaciones modernas para piezas de música clásica, pero en este caso creo que podemos hacer una excepción. Tanto Yo-Yo Ma al cello, como Bobby Mac Ferrin cantando, le dan un aire artístico a este concierto para mandolina de Vivaldi. Pero lo que me ha llevado a traerlo, a El grito en el cielo, es el vídeo, que está formado por un conjunto de fotografías en blanco y negro de una calidad extraordinaria.
Cuatro palomas mensajeras entran en un bar y, tras formar el lógico alboroto, se posan sobre la barra y preguntan por las direcciones en las que tienen que entregar sus respectivas misivas. Una araña se bebe el dry-Martini del borracho del fondo, mientras este repite:-¡sabía que esto acabaría pasando!¡ sabía que esto acabaría pasando! Algunas plumas alfombran las arguelladas baldosas, cuando la última paloma abandona la tasca con una araña, ebria, atenazada en el pico.
(creación de El grito en el cielo, para homenajear a Luis Buñuel y su mundo surrealista)
La última vez que hice esta pregunta, me respondieron con una antigua leyenda:
"Hace mucho, mucho tiempo, los demonios se reunierony pensaron buscar un lugar para esconder la felicidad. Pensaron esconderla en el fondo del océano, en la cimade la montaña más alta, y hasta en una estrella lejana;pero se dieron cuenta de que los humanos eran muy fuertese inteligentes y podían averiguar la forma de llegar aesos lugares. Entonces decidieron esconderla junto al alma, dentro de cada uno de nosotros, para que nunca pudiéramos encontrarla." (gracias a la persona que compartíó conmigo este precioso cuento)
Sí. Parece imposible, pero se han encontrado en los archivos de una catedral, una imágenes grabadas hace 700 años. Es una ejecución, por parte de la inquisición, de una persona ascusada de brujería y de pactar con el diablo. Como la voz se oye bastante mal, os transcribo las palabras de este desgraciado, que reacciona de una forma muy inesperada al arder por sus pecados
Transcripción del condenado:
Ejecutado: ¡¡¡¡¡ No por favor!!!!!!! ¡ Ja, Ja! ¡Qué no soy un brujo! ¡JaJa! ¡Qué soy católico de misa diaria! ¡JaJaJa!!!! ¡¡¡Qué...JaJaJa...qué mis colegas... me emborracharon, y... JaJaJa, me pintaron de rojo la estrella de David en la espalda y me abandonaron en el altar!!!! Ayyyy!!!! como duele!!!! JaJaJa...
Tras seccionar el cordón, anudarlo y limpiar la placenta, envuelven a la pequeña en una manta y una matrona la coloca cuidadosamente, en la cama, al lado de su madre. Julia tiene el cuerpo dolorido, pero su mirada destella felicidad. Ningún hombre ha podido disfrutar nunca de esa sensación de madre recién parida. La piel amoratada de la niña va aclarándose hasta alcanzar un tono sonrosado. Los ojos de Julia recorren el rostro de su hija afanosamente;se apoderan de sus labios, rozan cautelosos su nariz,salpican de tomillo su cabello, de jazmín las verdes pupilas,y de azahar su temblorosa barbilla. Una cortina repentina,cubre de infinitas gotas saladas el mágico instante y se precipita en cascada sobre la almohada, tras recorrer las doradas sienes de Julia. Sus rubios cabellos descansan desparramados. Las enfermeras, el ginecólogo y el padreasisten mudos, respetando la intimidad del momentoen el que Julia acaricialas mejillas del bebé. Madre ehija se olfatean secretamente, estableciendo lazosancestrales.
La ciudad acoge la llegada de la noche. Las ventanas del hospital, ejecutan un baile luminoso hasta dejar la fachada sumida en la oscuridad. Julia duerme. Su hija sueña que todavía flota dentro de su vientre.
@el grito en el cielo (dedicado a las mujeres que sueñan con ser madres)
Reconozco que no soy muy aficionado a la estética gótica, pero reconozco que tiene cierto aroma distinguido . En este caso se nos presenta un poema de Borges, con el recurrente tema de los espejos, que tanto le fascinaba a este escritor argentino.
Desde el siglo XVI hasta principios del XX, algunos niños sufrieron una mutilación cruel, cuyo fin era mantener, en la edad adulta, su aguda voz de sopranos. Fueron víctimas de la castración genital, a la que se oponía la iglesia católica, sin mucho éxito. El origen estuvo en la prohibición que pesaba en las mujeres de aquella época para representar papeles en el teatro y en las primeras óperas. Se seleccionaba a los niños con dotes para el canto y, tras extirparles las gónadas, sus padres les garantizaban un futuro laboral brillante, ya que gozaban de mucho prestigio entre la cortes europeas.
Hace unos años, se estrenó la película Farinelli , en la que se narra la vida de uno de los castrati más conocidos, y que estuvo sirviendo en la corte del rey español Felipe V, que sufría de ataques de melancolía, ante los que su único consuelo era tener cerca a Farinelli, al que llegó a dar el título de primer ministro.
Os voy a poner dos fragmentos de la película. En este caso la voz la pone el contratenor Lascia Chío. La voz de contratenor es la más parecida a la de soprano. Queda demostrado que no hace falta el bisturí para conseguir una voz aguda.
Espero que estas dos piezas os emocionen, como lo han hecho conmigo:
Esta escena es previa a la que puse el otro día en la que aparecía la despedida final. Aquí Woddy Allen cena con Tracy y ella le propone ir con él a Londres. Es una escena magistral. Bajo mi punto de vista, como amante incondicional del cine de Woddy Allen, es una de sus escenas cumbre. Dedicado a todas las Tracy que visitan El Grito en el cielo...
Ella: Dime por qué no he tenido alguien que cuidara de mí y ahora que mi vida echó a dormir, siento que apenas viví.
Él (la muerte): Deja que mimen tu boca los labios del amanecer, que el susurro del dolor se irá y que arda en olvido el ayer.
Con esta canción del Mago de Oz, quiero unirme al dolor de la familia y amigos de Laura Alonso, que ha sido asesinada por un depredador, cometiendo el acto más canalla posible; arrebatarnos a todos una vida inocente. Descansa en paz.