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sábado, octubre 27, 2018

Entregué la piel II





 Despierto liberado de la tierra;
siempre estuvo bajo mis pies
y ahora no la palpo.

El Sol no aparece por donde solía;
es como si su luz se hubiese desparramado
perdiendo su necesaria emanación,
vieja costumbre.

Algo observa por mí
ante mi ausencia.
¿Qué sucedió anoche?

Recuerdo las hormigas devorando mi piel,
que les entregué en ofrenda.

Recuerdo el agradable olor a tierra mojada.
La sombra del olivo.

Recuerdo que no supliqué. ¡No supliquéis nunca!
Aceptad la lucha, especialmente buscando la derrota.
Con la derrota os acercaréis a la tierra, que es la Puerta.

Ahora lo veo todo claro.