Cualquier calle de París |
Pétalos sin tallo
Nada esperáis,
acaso un corto paseo impulsados por una repentina brisa.
Nada deseáis
pues gozáis del sueño completo de los seres privados de consciencia.
Nada teméis,
no sois piedra que soporte una casa
ni mástil que hondee una bandera.
Tampoco vi ningún pintor sentado frente a vuestro dulzor rojo;
otro milagro inútil.