SEFARAD

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Entraríamos en el terreno del debate si intentáramos dar con el momento
de la llegada y asentamiento en la península ibérica (Sefarad) de los primeros
judíos. Como esa no es la pretensión de esta entrada, me limitaré a indicar
que, en el siglo I de nuestra era, ya aparecen documentos que lo acreditan.
Los veremos habitualmente vinculados al comercio y la artesanía. Su influencia
irá incrementándose con el paso de los siglos, llegando a ser indispensables
para la financiación de las arcas de los monarcas europeos de la edad media.
Esa dependencia acabará siendo su perdición. En el año 1492, se publicará
el decreto de su expulsión firmado por los Reyes Católicos, Isabel y Fernando.
Toda esta introducción es para situar el fuerte sentimiento de nostalgia que
arrastran los descendientes de estos judíos, repartidos por la rivera
mediterránea y que les ha llevado a conservar el idioma de sus ancestros
(sefardí) y algunas de sus costumbres. Y es que no deja de sorprenderme el
apego que mantienen a una tierra que les trató de forma tan brutal. (sigue)