Tras la muerte de Confucio, una pregunta quedó sin respuesta:
¿ Es la esencia de la naturaleza humana buena o mala ?
Dos de sus seguidores darán otras tantas respuestas, opuestas
entre sí.
Mencio (371-289 a.C) representará el ala idealista, por la que
defenderá que la naturaleza humana es intrínsecamente buena.
En cambio, Hsun-tsé (298-238 a.C) del ala realista, afirmará
que los seres humanos somos de naturaleza malvada.
Para Mencio, el corazón pensante compasivo es un regalo del
cielo, que nos distingue de los animales. Ese regalo nos dota al
nacer de cuatro semillas: compasión, pudor, cortesía y sentimiento
de lo correcto e incorrecto. Estas semillas devendrán en las cuatro
virtudes: benevolencia, sentido del deber, la observancia de los
ritos y la sabiduría. Nos avisa, no obstante, de que la naturaleza
humana es frágil y de que tenemos que cultivar ese regalo del
cielo para no perderlo. "con una alimentación adecuada no hay
nada que no crezca, sin ella no hay nada que no se marchite."
Hsun-tsé sostiene que el mundo interior está dominado por
impulsos dinámicos de deseo. La naturaleza nos ha creado con
unos deseos ilimitados en un mundo de recursos limitados.
Según Hsun-tsé; " la naturaleza del hombre es malvada; la bondad
es el resultado de una actividad consciente". También indica:
" Mencio afirma que la naturaleza del hombre es buena y que el
mal es el resultado de la pérdida de esa naturaleza original. Creo
que esa concepción es errónea". Pero Hsun-tsé no es del todo
pesimista, ya que defiende que disponemos de talentos suficientes
como para modificar nuestra malvada naturaleza original. " El hombre
de la calle puede llegar a ser un sabio". La forma de llegar
a obtener esa sabiduría es seguir los ritos, que emanan de una
serie de enseñanzas que nos aportan los sabios.
Aunque ambos filósofos discrepan en las cualidades originarias
de la naturaleza humana, coinciden en la recomendación para
de la calle puede llegar a ser un sabio". La forma de llegar
a obtener esa sabiduría es seguir los ritos, que emanan de una
serie de enseñanzas que nos aportan los sabios.
Aunque ambos filósofos discrepan en las cualidades originarias
de la naturaleza humana, coinciden en la recomendación para
una práctica posterior: La perfección humana se consigue
siguiendo las ideas y los actos mostrados por los sabios.
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3 comentarios:
Diría que los dos están equivocados. No es blanco ni negro en nadie. Es gris. En algunos más tirando a blanco y en otros tirando a negro. A la predisposición natural, poco a poco se une lo derivado de la experiencia. Por ese motivo, yo diría que la discusión es estéril.
Yo creo que,en realidad, los dos y ninguno tienen la razón. Pero me quedo con el último párrafo según el cual-y ahí sí que coinciden todos los confucionistas-la forma de evolucionar es seguir a los sabios y los ritos que ellos crean. Me vienen a la mente Sabios como Buda, Jesucristo etc. ¿Es un rito la comunión de los católicos?
Yo creo que cada uno nacemos tirando hacia un lado o hacia otro. No sé de qué depende, pero ya en los bebés se puede ver cual tiene mal genio y cual no.
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