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martes, noviembre 30, 2010

EL FUTURO Y EL SENTIDO COMÚN



Leopoldo Abadía (Zaragoza, 1933) es un profesor y escritor
español conocido por su análisis de la crisis económica actual
Leopoldo Abadía (autor de " La crisis Ninja ") dice en su artículo:

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Me escribe un amigo diciendo que está muy preocupado por

el futuro de sus nietos. Que no sabe qué hacer: si dejarles
herencia para que estudien o gastarse el dinero con su mujer
y que "Dios les coja confesados".
Lo de que Dios les coja confesados es un buen deseo,

pero me parece que no tiene que ver con su preocupación.
En muchas de mis conferencias, se levantaba una señora

(esto es pregunta de señoras) y decía esa frase que me
a mí me hace tanta gracia: "¿qué mundo les vamos a dejar
a nuestros hijos?" Ahora, como me ven mayor y ven que
mis hijos ya están crecidos y que se manejan bien por el
mundo, me suelen decir "qué mundo les vamos a dejar a
nuestros nietos?" Yo suelo tener una contestación, de la
que cada vez estoy más convencido:
"¿y a mí, qué me importa?!"
Quizá suena un poco mal, pero es que, realmente, me

importa muy poco. Yo era hijo único. Ahora, cuando me
reuno con los otros 64 miembros de mi familia directa,
pienso lo que dirían mis padres, si me vieran, porque de
1 a 65 hay mucha gente. Por lo menos, 64.
Mis padres fueron un modelo para mí. Se preocuparon

mucho por mis cosas, me animaron a estudiar fuera de
casa (cosa fundamental, de la que hablaré otro día, que
te ayuda a quitarte la boina y a descubrir que hay otros
mundos fuera de tu pueblo, de tu calle y de tu piso), se
volcaron para que fuera feliz. Y me exigieron mucho.
¿Pero qué mundo me dejaron? Pues mirad, me dejaron:
1. La guerra civil española
2. La segunda guerra mundial
3. Las dos bombas atómicas
4. Corea
5. Vietnam
6. Los Balcanes
7. Afganistán
8. Irak
9. Internet
10. La globalización
Y no sigo, porque ésta es la lista que me ha salido de un

tirón, sin pensar. Si pienso un poco, escribo un libro.
¿Vosotros creéis que mis padres pensaban en el mundo

que me iban a dejar? Si no se lo podían imaginar!
Lo que sí hicieron fue algo que nunca les agradeceré

bastante: intentar darme una muy buena formación.
Si no la adquirí, fue culpa mía.
Eso es lo que yo quiero dejar a mis hijos, porque si me

pongo a pensar en lo que va a pasar en el futuro, me
entrará la depre y además, no servirá para nada, porque
no les ayudaré en lo más mínimo. A mí me gustaría que
mis hijos y los hijos de ese señor que me ha escrito y los
tuyos y los de los demás, fuesen gente responsable, sana,
de mirada limpia, honrados, no murmuradores, sinceros,
leales. Lo que por ahí se llama "buena gente".
Porque si son buena gente harán un mundo bueno.
Por tanto, menos preocuparse por los hijos y más darles

una buena formación: que sepan distinguir el bien del mal,
que no digan que todo vale, que piensen en los demás,
que sean generosos. . . .
En estos puntos suspensivos podéis poner todas las cosas

buenas que se os ocurran. Al acabar una conferencia la
semana pasada, se me acercó una señora joven con dos
hijos pequeños. Como también aquel día me habían preguntado
lo del mundo que les vamos a dejar a nuestros hijos, ella me
dijo que le preocupaba mucho qué hijos íbamos a dejar a este
mundo. A la señora joven le sobraba sabiduría, y me hizo pensar.
Y volví a darme cuenta de la importancia de los padres. Porque

es fácil eso de pensar en el mundo, en el futuro, en lo mal que
está todo, pero mientras los padres no se den cuenta de que los
hijos son cosa suya y de que si salen bien, la responsabilidad es
un 97% suya y si salen mal, también, no arreglaremos las cosas.
Y el Gobierno y las Autonomías se agotarán haciendo Planes de

Educación, quitando la asignatura de Filosofía y volviéndola a
poner, añadiendo la asignatura de Historia de mi pueblo (por aquello
de pensar en grande) o quitándola, diciendo que hay que saber inglés
y todas estas cosas.
Pero lo fundamental es lo otro: los padres. Ya sé que todos tienen

mucho trabajo, que las cosas ya no son como antes, que el padre
y la madre llegan cansados a casa, que mientras llegan, los hijos
ven la tele basura, que lo de la libertad es lo que se lleva, que la
autoridad de los padres es cosa del siglo pasado.
Lo sé todo. TODO. Pero no vaya a ser que como lo sabemos

todo, no hagamos NADA.

Leopoldo Abadía

P. D .:
1. No he hablado de los nietos, porque para eso tienen a sus padres.
2. Yo, con mis nietos, a merendar y a decir tonterías y a reírnos, y a contarles las notas que sacaba su padre cuando era pequeño.
3. Y así, además de divertirme, quizá también ayudo a formarles.



3 comentarios:

marikosan dijo...

Estoy totalmente de acuerdo,¿en qué manos estamos dejando el mundo?, sobre el tema de la educación a los hijos he hablado mucho, pero me han tachado siempre de antigua, de pasada de moda y poco moderna. Ahora lo más cool es tener niñera o que se hagan cargo los abuelos, yo en cambio decidí que de mi hijo me hacía cargo yo, del mismo modo que hizo mi madre, esto es como una empresa, como el jefe no esté, cachondeo, con los hijos pasa lo mismo, como los padres no estén, cachondeo. Y también trabajo, pero adapté el horario laboral a las necesidades de mi hijo. No digo que sea la única fórmula, pero creo que hay que estar.

el grito en el cielo dijo...

Creo que actualmente están cambiando algunas cosas. Quizás esta crisis económica tenga algún efecto positivo en la educación en valores. Aunque solo sea en el valor del esfuerzo.

Pepe Deapié dijo...

De acuerdo con marikosan. Los chicos necesitan límites y rutinas que les permitan saber que es lo normal, que hay lineas que no se deben cruzar y que además les dan seguridad. Los padres no se pueden evadir de esa responsabilidad o de lo contrario es muy difícil que lleguen a ser unos adultos responsables.

Este hombre, Leopoldo Abadía, tiene mucho sentido común y un gran sentido del humor también.