El amor es como la brisa, que empieza
acariciándote la mejilla para, posteriormente,
coger fuerza y llenarte los pulmones de frescor.
Finalmente el viento se apodera de tus cinco
sentidos y te derriba, te arrastra y te golpea.
La calma definitiva te encuentra dolorido y
añorante, sentado sobre el asfalto del tiempo.
(el grito en el cielo)
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