Es difícil encontrar una mujer tocando el bandoneón. La razón de esta peculiaridad estriba en la postura y los movimientos que requiere su interpretación. Pese a que lo anterior no deja de ser un claro ejemplo de suciedad en la mirada, más que en el hecho observado; quiero mostrar mi aprecio a la valentía mostrada por mujeres como Florencia Amengual, al romper ese tabú.
1 comentario:
Bravo
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