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domingo, septiembre 09, 2012

El caso de Olvido Hormigos o el renacer de la Inquisición.



La publicación por parte de algún enemigo de la concejal, Olvido Hormigos, de un video
erótico en el que ésta aparece masturbándose, y las consecuencias que esto está trayendo me ha hecho pensar que quizá no viva en un país tan desarrollado como pensaba.
Que algunos vecinos que acudieron al pleno del ayuntamiento le hayan gritado, puta, zorra y otras lindezas, delante de las cámaras de las televisiones, me ha entristecido. Me pregunto qué diferencia hay entre estos energúmenos y un grupo de talibanes que lapidan a una adúltera en Paquistán. Yo responderé, con vuestro permiso, a mi pregunta: 6.000 kilómetros. Pero aún hay un aspecto más grave de este linchamiento y  no es otro que el tratamiento que le están dando los medios de comunicación de mi país. Escuchar cómo, "sesudos" contertulios, se atreven a lanzar condenas morales y juicios éticos sobre la vida privada de esta señora, me produce asco. Quizá tenga razón un amigo que siempre me dice que mi problema es que soy un optimista. Quizá este caso esté ayudando a poner las cosas en su sitio. Quizá convenga que todos seamos conscientes del terreno que pisamos; empedrado de malicia e incultura. Quiero dar, aunque no me vaya a leer, todo mi apoyo a Olvido y desearle que todo esto pase cuanto antes y quiero decirle de paso que la indignidad no está en grabar un vídeo íntimo, sino en hacer valoraciones morales del mismo.

1 comentario:

Pepe Deapié dijo...

Pues si. Coincido contigo. Que pena de país.