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miércoles, septiembre 07, 2011

LA MITAD DE UNA MANTA

En una humilde casa, en Irlanda, vivía un hombre, su mujer, su padre y su hijo,
que todavía era un bebé. El viejo Padre no servía para nada. Estaba demasiado
débil para trabajar. Comía y fumaba, sentado ante la puerta. Entonces el hombre
decidió sacarlo de la casa, dejarlo tirado a su suerte en la calle, como a veces
se hacía, en las épocas más duras, con las bocas inútiles.
La esposa intentó interceder en favor del anciano, pero fue en vano.
-Como mínimo dale una manta-dijo ella.
-No. Le daré la mitad de una manta. eso es suficiente.
La esposa le suplicó. Finalmente, consiguió convencerlo para que le diese la
manta entera. De repente, en el momento en el que el viejo estaba a punto de salir
llorando de la casa, se oyó la voz del bebé en la cuna. Y el bebé le decía a su padre:
-¡No! ¡No le des la manta entera! Dale sólo la mitad.
-¿Por qué?-preguntó el padre anonadado, acercándose a la cuna.
-Porque-contestó el bebé-necesitaré la otra mitad para dártela el día que te eche
de aquí.

Jean-Claude Carriere

1 comentario:

marikosan dijo...

Asi somos, siempre desechando a nuestros mayores, sin ser conscientes de que un día nosotros seremos los inútiles.