Buenas noches. Soy un Subunking y hoy no ha sido un buen día.Mi juego favorito consiste en tragar piedrecitas del suelo, elevarme hasta la superficie y una vez arriba vomitarlas. Generalmente giran en el sentido de las agujas del reloj hasta llegar a su inexorable destino.
Pues bien, en ese entretenimiento me encontraba, cuando el enemigo de los peces de las tiendas de mascotas ha asomado por las alturas: La redecilla. Mis compañeros han huido raudos, pero yo permanecía absorto en el devenir de la piedrecilla, y he acabado magullado dentro de la bolsa de plástico junto con un Sarasa. Cuantas veces oí hablar de la maldita bolsa de plástico en mi niñez. Al instante vi alejarse el acuario tal y como me explicaron en las clases de religión. Ningún pez de acuario ha podido volver para contar como es la muerte, pero es sabido por todos, que esa imagen se repite como un ritual en todas los
casos. Resignado, fuí dando tumbos por las calles durante más de media hora, hasta ser arrojado en un minúsculo acuario, al que llaman pecera. Intenté explorar el tamaño nadando hacia el este, ¡ploc!. Hacia el oeste, ¡ploc!.Hacia el norte ¡ploc!. Y hacia el sur, ¡ploc!. Maldito acuario. Aún no me había recuperado de los impactos, cuando veo la gigantesca cara de una niña , con los dos incisivos desproporcionadamente grandes en
relación al resto del rostro, pegada a la pecera observándome. Está decidiendo que nombre ponerme. Momentos de pánico. Cierro los ojos por los nervios (los peces lo hacemos habitualmente). Y el nombre es... el nombre es...Escamas. ¡ Noooooooooooo! ¡ horror! Al miedo y al dolor, ahora, le tengo que añadir la humillación. No me consuela que al
Sarasa le haya llamado Lunar. Para consolarme, pienso que ya no me puede pasar nada más. Veo acercarse ahora a otro humano más grande que la niña, aunque con los dientes más proporcionados al tamaño de la cara. Porta entre sus dedos un artilugio rectangular con un ojo negro en el centro. Me llama la atención. Lo observo con interés. Abro mis
pupilas para captar el máximo número de detalles del aparato. Y...¡Flash! Creo que estoy ciego. He decido irme a dormir sin cenar.
5 comentarios:
Por favor que salte por la taza del wc como hizo Nemo!!!
jaja! ya os seguiré contando sus desventuras. Ahora está descansando.
Tengo que pedirte disculpas, pensaba, no sé porqué razón que eras una fémina, y no me has sacado de dudas!!!
Un abrazo
Bueno, he de decirte que me has hecho pensar al decirme que pensabas que era una mujer al leer el blog. ;)
Eso sí, pese a eso, seguiré sin poner ningún comentario de fútbol
en El grito en el cielo.
Un abrazo,
No ha sido al leer el blog, me lo saqué de la manga por algún comentario, o será que el subconsciente porque somos las mujeres las que casi siempre ponemos el grito en el cielo, ;-).
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