Seguidores

sábado, octubre 16, 2010

TORMENTA




Arrojado a los negros oceanos
me relamen las olas
amasadas en imposibles alturas
mientras salivan sus fauces amenazantes.

La noche cubierta de ubres
ordeña sus leches agrias
que iluminan la cúpula
en un crujir de tablas.


Me rodean las túnicas
empujadas en histérica huida
ribeteadas de espumas
misericordiosas.

En el fondo del abismo
la balsa a la deriva
y sobre sus firmezas
mi cuerpo y sus quejidos.

En una súplica emitida
por un grito adormecido
murmuro clemencia
y reclamo sol y arena.


.
.


No hay comentarios: