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domingo, enero 20, 2008

VIDA DESPUÉS DE LA SEMANA 23.

OS ADJUNTO ESTE ARTÍCULO APARECIDO EN EL DIARIO
EL MUNDO SOBRE LOS ÚLTIMOS DESCUBRIMIENTOS
SOBRE EL DESARROLO DEL FETO HUMANO.

EL DEBATE DEL ABORTO

La vida es posible desde la semana 23

  • Un prematuro tiene grandes posibilidades de sobrevivir a partir de las 23-24 semanas
  • A las 22 semanas, comienza a registrarse una intermitente actividad cerebral
  • El feto siente reacciones similares al dolor a partir de las 26 semanas
Vea el gráfico sobre las sensaciones del embrión.

Vea el gráfico sobre las sensaciones del embrión.

Actualizado domingo 20/01/2008 04:33 (CET)
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ISABEL ESPIÑO

MADRID.- ¿Qué tiene que decir la Ciencia en el debate del aborto? Durante las últimas semanas, la interrupción del embarazo ha suscitado una gran controversia, fundamentalmente legal y ética. En los límites para realizar un aborto (y en la mente de quienes leen sobre el tema), surgen las cuestiones relacionadas con el desarrollo del embrión. ¿Cuando siente dolor?, ¿cuándo puede sobrevivir?, ¿cuándo tiene un cerebro activo?

"Un tema clave en el debate [de los tiempos] del aborto es el estatus moral del embrión y el feto", señalaba un informe elaborado por la British Medical Association. "La cuestión de cuándo empieza la vida se ha debatido durante años y continúa siendo un tema en el cual los miembros de la sociedad tienen visiones opuestas (...). Probablemente nunca sea posible alcanzar un acuerdo sobre esta cuestión", decían los médicos británicos en su informe, elaborado ante una posible reforma legal en ese país. Aunque no exista una respuesta absoluta, la literatura científica sí aporta algunas claves sobre estos aspectos:

¿Cuándo puede sobrevivir?

El año pasado, Amillia, una niña estadounidense, nació tras 22 semanas en el útero materno y con sólo 284 gramos. Se trata de un caso excepcional, pero lo cierto es que en los últimos tiempos el límite de la viabilidad (es decir, el umbral a partir del cual un recién nacido puede sobrevivir en unas circunstancias aceptables) ha disminuido drásticamente.

En los años 70, pocos prematuros sobrevivían con menos de 30 semanas


"En los años 70, se trabajaba poco por debajo de las semanas 30 ó 32", recuerda el neonatólogo Félix Omeñaca, del Hospital La Paz de Madrid. Actualmente, los especialistas consideran que el recién nacido, en los países desarrollados, puede sobrevivir sin secuelas problemáticas a partir de la semana 24 de gestación. La 23, en algunos casos. Hay que agradecérselo a los avances terapéuticos (fármacos que, administrados a la embarazada o al neonato, aceleran la maduración pulmonar, uno de los grandes problemas de prematuros) y las mejoras de los cuidados intensivos.

La viabilidad fetal no sólo es un umbral cambiante a lo largo del tiempo, sino que sigue dependiendo de cada caso concreto. "El límite de la viabilidad es un dilema y, como tal, no está resuelto", resume Omeñaca.

¿Cuándo empieza a funcionar el cerebro?

A diferencia de los animales, el desarrollo del cerebro humano es mucho más lento y continúa formándose durante la infancia, explica Juan de Carlos, investigador del Instituto Cajal, del Centro Superior de Investigaciones Científicas. De todas formas, hacia el final del segundo trimestre de gestación comienza a mostrar cierta actividad.

Durante todo este tiempo, las células nerviosas se dividen frenéticamente. Cuando el telencéfalo se diferencia del resto del tubo neural (en torno a la quinta semana), no es más que dos globos huecos que deben 'llenarse' de células nerviosas (inicialmente, células madre capaces de diferenciarse en cualquier tipo de neurona o de célula glial). En este segundo trimestre, comienza la migración de las células que, a partir de esa estructura, van a formar nuestra materia gris. Se desplazan por la llamada preplaca (una capa externa de la corteza cerebral y la primera en formarse), que ejerce de 'autopista' para las neuronas hacia el lugar que ocuparán en la corteza.

A las 24 semanas, aparecen unos patrones básicos de sueño y vigilia


"El cerebro rige todo: sólo para que el corazón lata tiene que haber una orden cerebral. Pero inicialmente son funciones muy automáticas", explica Elena Carreras, jefa de la Unidad de Medicina Materno-Fetal del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. A las 22 semanas, el encefalograma ya muestra cierta actividad cerebral, aunque intermitente. Dos semanas después, la señal será continua. Es entonces cuando aparecen unos patrones básicos de sueño y vigilia. Se puede distinguir una actividad cerebral, pero de forma primitiva.

Mientras tanto, las células nerviosas han llegado a su destino y, una vez ubicadas, se diferencian y desarrollan sus ramificaciones (axones y dendritas). Es la semana 26 y ha comenzado a formarse el 'circuito': "Se establecen las primeras conexiones. No es un proceso acabado, pero permite que haya unas funciones que van a ser el primordio de nuestra función cerebral", aclara Eduard Gratacós, jefe de Medicina Materno-Fetal en el Hospital Clínic de Barcelona. En la semana 30, el 'cableado' está completo.

Se ha visto que fetos en el tercer trimestre ya tienen cierta habilidad de 'aprender', es decir, de acostumbrarse a estímulos determinados e, incluso, dar respuestas de memoria a corto plazo. Así, un estudio en fetos de 35-36 semanas vio que cuando se aplicaba repetidas veces una vibración sobre la barriga de la gestante, ya no se sobresaltaban tanto como en la primera ocasión. Al cabo de 24 horas, parecían reconocer el sonido.

"Interpretar de ahí que existe consciencia tal y como la entendemos es muy difícil. Los especialistas creemos que no. Lo que más claro parece que existe son fenómenos subcorticales [la corteza se desarrolla por completo al final del embarazo], como una memoria muy inconsciente", resume Gratacós.

¿Siente dolor?

Se considera que el feto puede percibir dolor a partir de las 26 semanas de gestación. Al menos, en ese momento cuenta con los circuitos necesarios para sentirlo y se producen unas reacciones bioquímicas similares a lo que consideramos dolor. Sin embargo, "del mismo modo que no sabemos cómo otra persona percibe el dolor, no podemos saber cómo lo siente un feto", aclara Carlos Goicoechea, farmacólogo de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

Las reacciones en los meses previos no son dolor. Pueden producirse reacciones automáticas ante un estímulo molesto, por ejemplo, una aguja, pero "una cosa es que responda a estímulos externos y otra que tenga sensación de dolor. Esta percepción requiere una participación importante del córtex cerebral", precisa Carreras. Existen terminaciones nerviosas (se forman en torno a la séptima semana de gestación), pero es tan sólo el primer tramo de ese sistema de alarma que es el dolor.

Antes de la semana 26, pueden producirse reacciones automáticas ante un estímulo molesto, pero no dolor


La conexión del tálamo (el punto de entrada en el cerebro de los estímulos sensoriales) con la corteza cerebral -"vital para el procesamiento sensorial", según De Carlos- es el último paso de este complejo circuito. En torno a las semanas 12 y 16 de gestación, las fibras nerviosas (las 'ramas' de la neurona que envían una señal a la siguiente) salen del tálamo hasta las células de la subplaca, situadas en la 'autopista' de la corteza. Son las conexiones más inmaduras. Todavía es necesario un periodo de espera para que madure un poco más la corteza cerebral y, después, invadir la materia gris. Entre la semana 23 y 25, se establecen la mayoría de conexiones.

A partir de ese momento, hay constancia de que están formados los 'cables' para enviar la señal de dolor. "Que existan las conexiones neuronales es lo mínimo imprescindible para que se produzca [la percepción del dolor], pero no significa que en efecto se dé", explica Carreras.

Las dudas en torno al tema han quedado patentes en dos recientes revisiones sobre el dolor fetal, publicadas en el 'British Medical Journal' y el 'Journal of the American Medical Association'. De hecho, el autor del primer trabajo concluía que el feto no puede sentir dolor, pues "por definición no es simplemente la respuesta a un estímulo nocivo, sino una experiencia consciente. El limitado sistema neural del feto no puede avalar tales experiencias cognitivas, afectivas y evaluativas". Ambos trabajos despertaron encendidas protestas de algunos colegas.

Aunque no se puede saber a ciencia cierta si una vez 'desplegado el circuito' el feto siente realmente dolor, la comunidad científica ha optado por "un principio de prudencia", en palabras Carreras. Es decir, cuando se realizan operaciones prenatales sobre el feto (habitualmente, a partir de la semana 24), se administra un cóctel de fármacos para que no se mueva, no se altere el ritmo cardiaco y, por si acaso, no sufra. "Ante la sospecha de que pueda sentir dolor, le ponemos anestesia, pero no podemos tener una constatación de que le duela", resume Ángel Grañeras, ginecólogo de la Clínica IVI Madrid.

¿Cómo se puede definir el estatus moral del feto?

A pesar de que la Ciencia puede dar claves sobre las distintas fases del desarrollo embrionario, no aporta una respuesta final a un tema de carácter poliédrico.

A medida que avanza el desarrollo, hace falta más justificación para finalizar la gestación


"Mucha gente tendría dificultad en señalar una etapa en la que creen que el feto alcanza un estatus moral y tampoco cree que carezca de tal consideración hasta determinada etapa de desarrollo, a partir de la cual merezca una protección absoluta", constataba el informe británico.

"Las implicaciones prácticas [de esta aproximación gradual] es que, a medida que el feto se desarrolla, y por consiguiente gana estatus moral, mayor justificación hace falta para finalizar la gestación. Esta perspectiva se ve reflejada en la legislación que permite diferentes límites de tiempo para diferentes motivos de aborto y también ha sido el enfoque básico adoptado por la British Medical Association", añadían.

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