Seguidores

viernes, junio 08, 2012

LOS HILOS DE LA VIDA


Tomás tenía esa edad en la que uno piensa que ya lo sabe todo y que es capaz de mover los hilos de su vida. Llevaba tanto tiempo inmerso en esa reflexión , que su razón se dejó mancillar, agotada de tanto luchar sin éxito. Fueron días de euforia.Tomás se miraba satisfecho en todos los espejos. Con estos antecedentes, una noche en la que cenó algo más de la cuenta cayó en un agitado sueño. Se vio a si mismo pendiendo de unos hilos que se perdían en un inmenso cielo azul; sin  rastro de la obligada cruceta, que se limitó a intuir más allá de la atmósfera. Pero eso no es lo más extraño de la historia  ya que, quien más quien menos, todos hemos soñado alguna vez que nos convertimos en vulnerables títeres. Lo realmente inquietante del cuento es que sus extremidades y su cabeza estaban libres de clavos, ataduras y tirones. Podía manejarlas a su antojo. Sin embargo sus deseos, pensamientos y recuerdos, eran implacablemente controlados por esos malditos hilos que rasgaban el firmamento. Al despertarse Tomás no recordaba nada, pero esa mañana decidió no afeitarse para ir al trabajo.

No hay comentarios: