Ha muerto Carlos Llamas. Su voz con un
característico timbre de hombre sabio y
afable. Su sobriedad castellana que le
permitía alcanzar la esencia de las noticias,
huyendo de los adornos florales. Su cercanía
a los oyentes que le seguíamos en masa y
que nos dormíamos con la despedida
de su programa “Hora 25”; como de niños lo hacíamos
con los cuentos que nos leían nuestras madres.
Te echaré de menos Carlos y no sabes de qué manera.
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