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sábado, diciembre 12, 2020

El picor

Descubro súbitamente que un cruel efecto de la enfermedad que aqueja a mi hombro derecho y que le ha ocasionado la pérdida de movilidad es cuando, en medio de la calle, me surge un inoportuno picor en el omoplato izquierdo.  

Al ser anatómicamente imposible acceder a dicho punto, comienzo a maquinar y llego a la conclusión de que la única manera de aliviarme es restregar la espalda contra la pared o algo similar.

Pero la avenida por la que paseo está surcada por multitud de transeúntes. Me planteo, entonces, salir de la misma para adentrarme en alguna callejuela secundaria libre de miradas curiosas. Así lo hago.

Tan solo necesito que termine de pasar una pareja. Ya tengo echada la vista a una farola que pareciera plantada ahí mismo para servirme en tan azarosa situación. Tras varios intentos, descubro, apesadumbrado, que el abrigo amortigua el roce, convirtiendo mi extraño contoneo de apareamiento en algo inútil. Por lo menos la calle sigue vacía. 

Me acerco a un árbol de tronco rugoso que está unos pasos adelante. Me sitúo de espaldas a él y comienzo a frotarme como si fuera un oso pardo marcando territorio con sus feromonas. Con el picor levemente calmado, la honra salvada y el abrigo magullado continúo la marcha en esta luminosa y fresca mañana de diciembre,

3 comentarios:

Pimenta Mais Doce dijo...

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Ingrid Zetterberg dijo...

Jajajajajaja....¡qué buena manera de describir esta situación insoportable por la que yo he pasado tantas veces en la vida, poeta! pero te puedo dar algunas ideas para la próxima vez...en una de mis acostumbradas caminatas hace poco tiempo me ocurrió el mismo picor, y justamente en el omóplato...lugar imposible de alcanzar con la mano...así que cogí una rama lo suficientemente larga que había caído de un árbol...y limpiándola un poco la introduje por arriba del cuello de mi casaca, y ¡qué alivio! me rasqué todo lo que quise. En otra ocasión yo iba tejiendo en un microbús y me sucedió lo mismo...y ni corta ni perezosa introduje una de mis agujas de tejer, (lo suficientemente largas) por arriba de mi blusa...y ¡ah! alivio inmediato. Me pareció excelente tu forma de redactar. Te felicito y aplaudo, pues tienes talento. Te invito cordialmente a mi blog "JOYAS DE MI ALMA", donde serás siempre bienvenido. Un saludo desde Lima Perú.

mimarzgz dijo...

Gracias por tu amable comentario, Ingrid. Un saludo,