Seguidores

martes, junio 21, 2011

PASEAR AL PERRO

Amaestrados, ágiles, atentos, bucólicos, bramadores, crespos y elegantes, engañosos
y hermafroditas, implacables, jocundos y lunáticos, lúcidos, mirones, niños, prestos,
rabiosos y relajientos, sistemáticos, silenciosos, tropel y trueque, ultimátum y veniales,
vaivienen, xicotillos, zorros implacables son los perros de la mirada del hombre que
fijan sus instintos en el cuerpo de esa mujer que va procreando un apacible, tierno,
caliente paisaje de joven trigo donde pueda retozar la comparsa de perros inquietantes.
Su minifalda, prenda lila e inteligente, luce su cortedad debido a la largueza de las
piernas que suben, firmes y generosas, y se contonean hacia las caderas, las cuales
hacen flotarpaso a paso la tela breve, ceñida a la cintura aún más inteligente y pequeña,
de la que asciende un fuego bugambilla de escote oval ladeado que deja libre el hombro
y una media luna trigueña en la espalda. La mujer percibe de inmmediato las intenciones
de los perros en el magma de aquella mirada, y el hombre les habla con palabras
sudorosas, los acaricia, los sosea, los detiene con la correa del espérense un poco,
tranquilos, no tan abruptos, calma, eso es, sin precipitarse, vamos, vamos, y los echa,
los deja ir, acercarse, galantes, platicadores, atentos, recurrentes. Al llegar a la esquina,
la mujer y su apacible, tierno, caliente paisaje de joven trigo, y el hombre y su inquieta
comparsa de animales atraviesan la avenida de la tarde; a lo lejos, se escuchan sus risas,
los ladridos.

Guillermo Samperio

2 comentarios:

marikosan dijo...

No sé porque me ha dado mal rollo leer el texto, curioso.

mimarzgz dijo...

Puede que haya sido por la gran carga de testosterona que chorrea el texto. Roza la violación.