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sábado, mayo 21, 2011

MOVIMIENTO 15 DE MAYO


Algo se mueve en mi país. Y es algo de color blanco, refrescante, joven, es como
un despertador al que le han cambiado las pilas. Es el inconformismo. Creo que
es un bofetón a los que opinaban que la juventud española estaba aborregada.
A los que defendían que sólo les interesaba el botellón y divertirse mientras los
padres les prorrogaban sine die la estancia en el nido. Pero muchos de los
que les acusaban de esto, ahora, se muestran incómodos al sentirse amenazados por
las protestas que llenan nuestras plazas.
Entre los motivos de la protesta, quiero resaltar uno: La desvergüenza de nuestros
políticos.
No puede ser que en la Comunidad Valenciana donde se presenta para su reelección
un imputado por delitos de corrupción, sus ciudadanos, según las encuestas, vuelvan
a darle una mayoría absoluta.
No puede ser que en Andalucía, donde el gobierno regional se ha dedicado estos
años a gastarse los fondos europeos de ayuda al desempleo en inventarse prejubilaciones
para ellos y sus familias, haya un sólo ciudadano que piense en darle a ese partido su
voto.
Releyendo la entrada que puse el pasado domingo sobre mi accidente de bicicleta
he tomado la decisión de que voy a intentar pasar entre las rocas y las zarzas.
Creo que la diferencia con cualquier otra jornada de reflexión es que ya no tenemos
que pensar sólo a qué partido votar, sino si alguno de los que se presentan se merece
nuestra confianza. Si se la seguimos dando seguirán mangoneándonos. Seamos
adultos. O mejor dicho: seamos adultos jóvenes. Estos días son felices para mí. Me vuelvo
a sentir orgulloso de ser español.

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