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sábado, septiembre 23, 2006

DÍA DE LA IRA

Unos centenares de islamistas se manifiestan pidiendo
la muerte del Papa para protestar por las declaraciones
del Santo Padre en las que este criticaba el extremismo
de este movimiento religioso. Gracioso.

domingo, septiembre 17, 2006

YIHAD


Hace unos días Benedicto XVI hizo unas
declaraciones en las que criticaba entre
otras cosas la Yihad (o guerra santa) y
afirmaba que iba en contra de Dios.

Inmediatamente después, el mundo islámico
radical salió a las calles de varias ciudades
a mostrar su indignación quemando iglesias
cristianas, y llegaron de parte de uno de
los grupos terroristas iraquíes las primeras
amenazas de muerte contra el Papa, así como
el juramento de perpetrar un ataque suicida
contra el Vaticano.

Se repiten las amenazas del invierno pasado
por las “caricaturas de Mahoma”.

Desde occidente ha vuelto a haber dos reacciones
de signo contrario. Por una parte la defensa
de la libertad de expresión capitaneada por
la democracia cristiana y los partidos de centro
derecha y por otra la encabezada por la izquierda
europea que condena cualquier crítica que
pueda molestar a nuestros vecinos musulmanes y
defiende como solución al problema el diálogo
de civilizaciones.

En cuanto a la segunda postura, y concretamente
centraré mis críticas en el PSOE, me incomodan
enormemente dos ideas.

La primera, es la diferente vara de medir que se
aplica a la hora de defender los símbolos
cristianos de los que se mofan, cuando no los
persiguen, y el mimo que tienen cuando se trata
de proteger la susceptibilidad del islamismo.
Es curioso ver como un miembro de la ejecutiva
del PSOE, Cerolo, salía como abanderado en defensa
del respeto a la cultura islámica, una cultura
que por el mero hecho de su orientación homosexual
haría años que le habría colgado de un árbol o
le habría dilapidado en una plaza pública.

La segunda idea que me molesta de esta postura
de la izquierda es mi convencimiento de que
en realidad la razón profunda que les mueve es
el miedo a “enfadar” a los miembros más radicales
del islamismo ya que creen que de esta manera
podrán evitar nuevos ataques como el 11-S o el
11-M.
Pues no, deben darse cuenta que lo que en realidad
molesta a los islamistas es nuestra forma de vida,
les molesta que nuestras mujeres no lleven
la cabeza tapada, que tengamos ordenadores conectados
a INTERNET, que vayamos al cine, que haya personas
que no crean en Dios.
Hoy han sido las declaraciones del Papa, ayer fueron las caricaturas de Mahoma, y mañana será la prohibición
de la ablación de clítoris de alguna niña en Barcelona
o Milán.
Debemos tener claro que nuestra relación con el
mundo musulmán debe estar cimentada en el respeto
pero nunca en el miedo y mucho menos en ningún
complejo de culpa.