Pese a tener la tierra tirando de sus pies y el cielo de sus brazos, he apreciado a un Tolstoi alejado del hieratismo y la verticalidad del signo de exclamación, que hubiera sido la forma esperada después de tanto estiramiento. Mas bien al contrario, ha sido en una culebreante y panzuda interrogación en la que me he encontrado su alma atormentada. Os recomiendo la lectura de este libro. Una y mil veces os la recomiendo.
2 comentarios:
Una muy buena recomendación, mimarz.
Saludos
Gracias, Enrique. Un placer verte por aquí. Un abrazo,
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