Pasado y Futuro, nacidos del mismo vientre,
evitan tocarse los dedos, cruzar las miradas.
Cuando Dios se olvidó de ellos
el diablo los sedujo.
el gusano y el gorrión
el lecho y la sábana.
El primero prefiere los paseos por el desierto,
el segundo el cauce de un río.
Uno deja el aliento a su paso
el otro lo rodea, lo devora
y saborea sus nostalgias.
Si te los encuentras bailando en una noche de hogueras
arrodíllate,
entrelaza las manos sobre tu nuca
y no apartes la mirada del suelo.
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