La palabra escrita
La palabra escrita conlleva una curiosa dicotomía.
Por una parte es evidente la permanencia de sus caracteres sobre
el paciente papel que los acoge y los fija. Pero no es menos cierto
que su tránsito de alma en alma es fluido. Incluso podemos constatar
que cualquier lector que relea con el paso del tiempo un texto captará
nuevos matices y perderá viejos sabores.
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