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sábado, octubre 25, 2014
El gran amor de Severino Cifuentes
Severino Cifuentes apagó el televisor, entró en la cocina para beber un vaso de agua, en el lavabo para cepillarse los dientes y, finalmente, en el dormitorio donde ella permanecía en silencio. Se sentó en el borde de la cama de matrimonio y le resumió el último capítulo de La cúpula antes de cubrirse con las sábanas. Ella le escuchó con los ojos abiertos pero sin mostrar ningún interés; como siempre. Le contó dos anécdotas de su jornada laboral, que él creía graciosas, pero ella siguió ajena al relato. Le propuso sexo, a lo que ella nunca se negaba, pero esta vez se mostró especialmente rígida ante la proposición. Extrañado, Severino abrió el cajón de la mesilla de noche, sacó un paquete, lo abrió, y extrajo la batería de su interior. Dio la vuelta a su amante de látex, desatornilló la tapa disimulada debajo de la axila y cambió la batería. Ella comenzó a girar la cadera y a pestañear. Los gemidos de Severino se mezclaron con el jadeo metálico de ella, lo que renovó, una noche más, el tormento de sus vecinos hartos de tanto frenesí made in China.
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4 comentarios:
Gran visión del futuro.
Me ha encantado, mimarzgz. Pobre Severino.
Lo he subido a meneame ... pero no es nada grave. Allí, como en las TV, solo triunfan los enanos -
https://www.meneame.net/m/ocio/gran-amor-severino-cifuentes
Que placer encontrar estos relatos. Me gustó mucho.
Muchas gracias a los tres.
Enrique, ahora que soy famoso por fin podré invitar a cenar a Scarlett Johansson. un abrazo,
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