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viernes, abril 06, 2012
COMPETITIVIDAD
Mientras no exijamos el mismo respeto a los derechos de los trabajadores que producen bienes fuera del primer mundo, que el que pedimos en Europa, habrá un desequilibrio estructural en nuestras economías, que se trasladará inevitablemente a nuestras sociedades.
Se trataría de trasladar los controles que recaen sobre cualquier fábrica europea y que
por ejemplo haría imposible que un niño trabajara en una fábrica o que hubiera turnos
de 15 horas, a los países del tercer mundo para permitir, una vez superados dichos controles, la importación de sus productos.
Sin embargo observo que el proceso está siendo el inverso: es decir, el primer mundo está
renunciando a sus derechos laborales y sociales, a cambio de aumentar la competitiviadad con los llamados países emergentes.
Que Dios nos coja confesados.
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2 comentarios:
Cuanta verdad, mimarzgz .
Pues si, preparemos el culo, que vienen por nosotros.
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