Dice una vieja leyenda china que el universo en su origen era un huevo. Al romperse
engendró a un gigante llamado Pank-Ku. En sus manos sostenía los dos elementos
esenciales, el Yang y el Ying. Los observaba con extrañeza al igual que a su propio
cuerpo, que eran los únicos elementos existentes. Era vacío todo lo que le rodeaba.
Giraba y giraba la esfera perfecta intentando separar el Yang del Ying. Una vocecilla
le ordenaba que lo intentara. Sólo tenía esa misión. Tras miles de años quebró esa
unidad y transformó el Yang en el cielo y el Ying en la tierra.
Pank-Ku murió a los 18.000 años. Será el último servicio que dará al universo ya que
su muerte no será en vano, todo lo contrario, será fructífera. De sus ojos surgirán
su muerte no será en vano, todo lo contrario, será fructífera. De sus ojos surgirán
el sol y la luna; de la sangre el agua; el trueno de su voz y el viento de la respiración.
Finalmente de las pulgas que picoteaban su piel nacieron los seres humanos.
2 comentarios:
No conocía este mito. Pero sí, somos un poco como insectos insignificantes.
Y molestos..
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