Erase una vez un rey que vivía muy solo. Y un día el rey estaba tan solo, tan solo, que le iba a contar un chiste a uno y se le había olvidado que sólo vivía él, así que se fue a la cocina y se preparó un café. Total que como no podía contar chistes se fue a dar un paseo por el jardín y hasta que vio un hada.
Y le dijo el hada: ¿Qué haces aquí?.
Y le dijo el rey: Y tú ¿qué haces aquí?
Y le dijo el hada: Pero si tú eres el que me ha encontrado.
Y le dijo el rey: Ya lo sé, ¿pero por qué hay tanta luz aquí?
Y le respondió el hada: Porque soy un hada.
Ya lo sé, le dijo el rey.
Así que no le hizo caso y continuó el camino y se encontró otro castillo y entró. No había ninguna persona. Y se cayó porque era plano el castillo y, de repente, se encontró en otro castillo. Estaba todo lleno de reyes y reinas y eran estatuas de colores; pero había un rey y una reina que eran de verdad. Así que se volvió a su castillo pero estaba el hada y pasó corriendo por donde estaba el hada y no podía hacer que le viese el hada, porque si no tendría que hablar con ella y no quería. Así que se fue al castillo. Y se tomó un té.
FIN
*(Cuento escrito al dictado de su creador, tal y como salía de su boca de cinco años )
3 comentarios:
Creativo e interesante.
Supongo que es cosa de niños, son la leche!!!
Sí, es mi hijo de 5 años. Le dije que le tocaba a él contarme un cuento. Tal y como me lo iba contando lo fui escribiendo. Decidí compartirlo con vosotros. A mí me gusta la idea del castillo plano que provoca que caiga en otro castillo.
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