viernes, diciembre 03, 2010

JUAN NO TENÍA A NADIE...



Juan no tenía a nadie para contarle sus problemas y que así
estos perdieran peso. Un día decidió ir a correr al parque
para sudarlos. Casualmente, esa misma tarde comenzó
el invierno. Juan volvió a casa acompañado por una aguda
musiquilla, producida por el tintineo de sus problemas, convertidos
en témpanos de hielo que le colgaban de la ropa.
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