miércoles, octubre 03, 2012

Cuando...



Cuando paseamos por las orillas de un río, evitando sumergir los pies en sus aguas.
Rodeados de montañas que parecen vigilarnos, bajo un cielo claro y azul.

Aventura y libertad; sabores olvidados para un paladar reseco.

Cuando seguimos el inclinado y angosto sendero que nos encamina a la cumbre.
Y me bromean arrimándose al borde del precipicio, mientras presa de un ataque de vértigo,
me aferro a la pared como un gato a unas cortinas.

Y, admirado, extiendo la vista a un paisaje anaranjado por una luz crepuscular. Cítricas
cordilleras salpicadas de grises. Exuberantes, lejanas y nítidas.

------------
Y me despierto; aturdido entre un extraño miedo ocre y un frescor azul.

Y arrastro esa luz varias horas, incluso en el trabajo. A veces los sueños nos ceden unas migajas, para recordarnos qué es lo importante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario