Año 1948. Posguerra en Italia. La miseria sobrevuela los cielos de los extrarradios de las ciudades. En este entorno, Vittorio de Sica dirige una obra maestra del neorrealismo italiano.
Un pobre hombre consigue un humilde trabajo que apenas le da para comer, pero necesita una bicicleta para conservar el empleo. Al final consige la bicicleta y acude con su hijo a la ciudad donde le sucederá de todo.
Me interesa especialmente la relación padre-hijo. Es conmovedora. Si sois padres pasaréis un mal rato en los últimos segundos del vídeo que os traigo a continuación:
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