
Con la intuición de un poeta y el escrutinio de un científico, Goethe había llegado a la crucial conclusión de que, contrariamente a lo afirmado por Descartes y sus seguidores, la consciencia humana no es un espejo que refleja pasivamente un mundo exterior cuyas "leyes" lo determinan con necesidad férrea, sino que es cocreadora de ese mundo. O, como dijo Steiner en un temprano trabajo sobre Goethe, refiriéndose a nuestra relación con el mundo exterior: " El hombre no sólo está ahí para formarse una imagen de un mundo concluido; no: él mismo coopera en la existencia efectiva del mundo".
De la ciencia de Goethe a la sabiduría del ser humano, Gary Lachman.