La convivencia con un bibliófilo tiene cierta relación con la física. Más concretamente con la relación
espacio-tiempo.
Me explicaré:
Al comenzar una relación amatoria todo bibliófilo recibe el reproche del
tiempo que deja de dedicar a su amada, para volcarlo en los libros.
Transcurridos los años, cuando la pasión ya ha amainado, el reproche viene dado por el
espacio que ocupan los libros, al haber colonizado gran parte de las paredes del hogar, convirtiéndolo en un habitáculo angosto propicio a melancolías y ácaros.
me gusta tu escrito no tiene edad ni tiempo
ResponderEliminar... ni espacio.
ResponderEliminarGracias por tu comentario
Un saludo,